Pablo Alcolea, zaragozano y zaragocista, subió al primer equipo del Real Zaragoza en la pretemporada del año pasado. Se le hizo contrato profesional para tener el rol de segundo portero, a la sombra de Leo Franco, y con la intención de que, cuando el argentino dejará el club, el canterano ocupase el puesto titular.
Para entender la situación de Alcolea, hay que comprender el fenómeno Whalley. Whalley era el segundo portero del equipo B por detrás de Alcolea. Sin embargo, una lesión de este le permitió mostrarse a los ojos de Víctor Muñoz. Le quitó el puesto de titular a Leo Franco primero y le ganó la partida al propio Alcolea en la pretemporada de la presente campaña después.
Martín González, Director Deportivo del Real Zaragoza, estuvo trabajando hasta el cierre del mercado estival en la contratación de un portero veterano. El criterio cambió cuando las principales opciones se esfumaron. Toño se decantó por el Rayo Vallecano y Julio César por el Getafe; ambas opciones de primera división. Se acometió entonces una de las decisiones más criticadas por la afición, la llegada de Yassine Bounou, un jugador muy joven cedido por el Atlético del Madrid con poca experiencia.
En los tres primeros partidos de Liga; frente al Recreativo, Osasuna y Barça B; el portero titular fue Whalley. Hoy el Real Zaragoza juega frente al Albacete en partido de Copa del Rey (20:00 horas) y Víctor Muñoz ha asegurado que va a "dar minutos a los jugadores que hasta ahora no han jugado" y que entre ellos estará seguro Alcolea.
El canterano tiene una oportunidad de oro para reivindicarse ante los ojos del zaragocismo y de Víctor Muñoz. Alcolea tiene la obligación de hacer dudar al entrenador, aun más si cabe, en la decisión de quién debe ocupar la portería.
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